El yaguareté (Panthera onca), cuyo nombre proviene del guaraní y significa “verdadera fiera”, es el felino más grande de América y el tercero en tamaño a nivel mundial, después del tigre y el león. Su presencia en la fauna argentina es un símbolo de fuerza, belleza y equilibrio ecológico. Sin embargo, se encuentra en peligro crítico de extinción en el país.
Un cazador imponente
El yaguareté posee un cuerpo musculoso, cabeza robusta y mandíbulas de gran potencia, capaces de atravesar el cráneo de sus presas. Su pelaje dorado con rosetas negras lo camufla perfectamente en la selva, el monte o el pastizal. Puede alcanzar los 2 metros de largo (incluida la cola) y pesar más de 100 kilos.
Se trata de un cazador solitario y territorial, que se alimenta de una gran variedad de animales: desde carpinchos y tapires hasta peces, caimanes y aves. Su papel en la naturaleza es clave, ya que controla poblaciones de otras especies y mantiene el equilibrio del ecosistema.
Hábitat y distribución en Argentina
Históricamente, el yaguareté habitaba gran parte del territorio argentino. Hoy, su población se restringe principalmente a tres áreas:
- Selva Misionera (Parque Nacional Iguazú y alrededores)
- Chaco Húmedo y Seco (provincias de Chaco y Formosa)
- Selva de Yungas (Salta y Jujuy)
La pérdida de hábitat por deforestación y la caza furtiva han reducido drásticamente su número. Se estima que en Argentina quedan menos de 300 individuos en libertad.
Importancia cultural
El yaguareté ocupa un lugar destacado en la mitología guaraní, que lo considera un protector de la selva. También aparece en relatos y leyendas de diversas comunidades originarias, donde se lo respeta como símbolo de valentía y poder.
Estado de conservación
En Argentina, el yaguareté está protegido por la Ley Nacional 22.421 de Conservación de la Fauna y figura como especie en peligro crítico en el Libro Rojo de Mamíferos Amenazados. Organizaciones como la Fundación Vida Silvestre y el Proyecto Yaguareté trabajan para monitorear y proteger las poblaciones remanentes.
Entre las acciones para su conservación se incluyen:
- Creación y ampliación de áreas protegidas.
- Instalación de corredores biológicos que permitan la conexión entre poblaciones.
- Campañas contra la caza furtiva.
- Educación ambiental en comunidades cercanas a su hábitat.
Fuentes consultadas:
- Administración de Parques Nacionales
- Fundación Vida Silvestre Argentina
- Proyecto Yaguareté – CONICET
- Manual de Mamíferos de Argentina – J.A. González
- Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)