El ingeniero Francisco Genisio, docente de la Escuela Agropecuaria de Tres Arroyos (EATA), dialogó con Radio 3 Continental sobre la reciente visita que realizaron junto a estudiantes de séptimo año a un establecimiento en Tandil, donde pudieron conocer un sistema de ordeñe robotizado desarrollado por la empresa Lely, de origen holandés.
“El sistema representa un verdadero cambio de paradigma, porque la vaca elige el momento en que desea ordeñarse. Lleva un collar con un sensor que, al ingresar al tambo, se comunica con un robot que determina si está habilitada o no para el ordeñe”, explicó Genisio.
El docente detalló que el proceso es totalmente automático: el robot limpia la ubre, conecta el equipo, inicia la extracción y analiza la leche para detectar posibles alteraciones, como mastitis subclínica, incluso antes de que se presenten síntomas visibles.
Entre los principales beneficios, Genisio destacó el bienestar animal y el aumento de la producción. “Estas vacas producen alrededor de 27 litros diarios, prácticamente el doble que en un sistema tradicional. Además, el hecho de que puedan elegir cuándo ordeñarse mejora su confort y reduce el estrés”, señaló.
El sistema incorpora tecnología de inteligencia artificial, que procesa datos sobre el comportamiento y la salud de cada animal. “Analiza parámetros como el tiempo de rumia, la producción por cada cuarto de la ubre o los desplazamientos, y toma decisiones que ayudan a prevenir enfermedades y optimizar el manejo del rodeo”, explicó.
El docente subrayó también que este tipo de tecnología requiere mano de obra más calificada, aunque al mismo tiempo alivia las tareas más exigentes del personal rural. “La vaca se ordeña todos los días del año, llueva o truene. Esta automatización representa un cambio enorme en las condiciones de trabajo”, comentó.
Actualmente existen alrededor de 70 tambos robotizados en Argentina, instalados durante los últimos cinco años. “Es una tendencia que crece, y que seguramente marcará el futuro de la producción lechera”, aseguró Genisio.
Finalmente, destacó el valor educativo de la experiencia: “Para los chicos fue impresionante verlo en funcionamiento. Estábamos al lado de una vaca mientras el robot hacía todo el proceso. Ver esta tecnología aplicada al campo les muestra hacia dónde se dirige la producción agropecuaria moderna”.










