El endocrinólogo Dr. Jorge Sanpellegrini dialogó sobre el avance sostenido de la diabetes, una enfermedad crónica que en Argentina afecta al 12,7% de los adultos entre 18 y 75 años. Según explicó, el incremento de casos está directamente vinculado al sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo y una alimentación basada en harinas refinadas y azúcares, factores que conforman el principal escenario de riesgo.
El especialista precisó que el 60% de los pacientes diabéticos presentan obesidad, y que la resistencia a la insulina —habitualmente asociada al aumento de peso— es una de las señales más claras del inicio del problema. A estos elementos se suma el sedentarismo, ya que “el músculo es el principal consumidor de azúcar del organismo y, sin actividad física, el cuerpo pierde su capacidad de respuesta”.
Entre los síntomas que pueden alertar sobre un cuadro de diabetes, Sanpellegrini mencionó fatiga persistente, sed excesiva, aumento de la frecuencia urinaria, vista nublada y descenso de peso sin causa aparente, indicadores que requieren consulta y estudios rápidos y accesibles.
En materia tecnológica, el médico destacó avances significativos como los sensores flash, que permiten medir la glucosa sin pinchazos, especialmente útiles para niños y pacientes que requieren múltiples controles diarios. También mencionó el desarrollo de insulinas semanales, aprobadas en Estados Unidos y Canadá, que podrían llegar al país en los próximos meses.
Respecto de los tratamientos, señaló que la tradicional metformina continúa siendo eficaz, pero que hoy se suman medicamentos más modernos, como las gliflozinas, que además de mejorar el control glucémico “disminuyen un 30% el riesgo de insuficiencia cardíaca”, una de las complicaciones más frecuentes en diabetes tipo 2.
El panorama futuro genera preocupación: para 2050 se estima que uno de cada ocho adultos en el mundo será diabético, lo que equivaldría a 853 millones de personas. Por ello, el especialista subrayó la importancia de reforzar campañas de concientización y control.
Sanpellegrini también remarcó la necesidad de una mirada integral: “El estrés, la ansiedad y la depresión influyen en el control de la glucosa. La evaluación emocional y los abordajes holísticos pueden ser aliados muy importantes”.
Para finalizar, dejó un mensaje claro: “No hay que preocuparse, sino ocuparse. El paciente debe ser protagonista de su tratamiento. Con buen control, la persona con diabetes puede vivir tantos años como cualquier otra”.





