Tres individuos profanaron anoche dos tumbas en el Cementerio Municipal pertenecientes a la familia gitana Traico.
El hecho fue perpetrado tras reducir a los serenos y la Policía presume que fue sólo con fines de robo. En la tradición magyar, se solía depositar alhajas y oro como parte de un ritual cultural y esa hipótesis manejan en la dependencia local.
El comisario Héctor Fernández relató a Radio 3 que «a las 22:30 horas reducen a uno de los serenos, y aguardan a que ingrese otro a las 23:00 y también lo reducen. Ambos escuchan golpes que vienen del sector de nichos y cuando se desatan a las 2 de la mañana, constatan la profanación».
Consultado sobre las particularidades del caso, remitió a un hecho de similares características ocurridas en 1992 y 1996, descartó un ajuste de cuentas e indicó que reforzarán la presencia policial por la necrópolis.
«No surge de venganza ni situación rara: sí hay un antecedente del que fue víctima la comunidad gitana donde fueron sustraídos elementos depositados dentro del ataúd», precisó.