Las lluvias de los últimos días cubrieron gran parte del territorio nacional con máximos de más de 100 milímetros de agua caída en determinados puntos del área agrícola tras varios meses sin precipitaciones de importancia, lo que permitirá impulsar los trabajos de siembra de soja y evitar que empeore aún más la mala condición que enfrenta el trigo.
Un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) destacó que durante las últimas cuatro jornadas se registraron acumulados heterogéneos sobre gran parte del territorio argentino y «algunas resultaron significativas de manera local superando los 50 milímetros».
El mayor acumulado se registró en Ciudad de Buenos Aires, con 101 mm, seguido por áreas del centro-este de Cuyo y el centro de la región Pampeana y del NEA.
Por su parte, la situación sigue siendo deficitaria en lo que respecta a lluvias en áreas del sur del NEA, el este de la región Pampeana y el oeste del NOA.
El informe estimó que «las precipitaciones registradas mejoraron la condición del cultivo de trigo en algunas áreas puntuales», pero, en general, el cereal se encuentra entre una condición buena, regular y mala.
«Las áreas en donde el cultivo se encuentra más afectado y con mayor proporción de lotes en condición mala están ubicadas en Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, mientras que en La Pampa, Buenos Aires y parte de Córdoba el cultivo se encuentra atravesando las etapas entre la floración y el llenado de grano», detalló la dependencia oficial.
En cuanto a los cultivos de verano, avanzaron las tareas de siembra del girasol en mayor medida, y las de soja y maíz, estas últimas con una menor intensidad.