Las negociaciones para definir a las autoridades del Concejo Deliberante comenzaron a tomar forma luego del impasse tras los comicios del 16 de noviembre y con un eventual principio de acuerdo entre Juntos y el Frente de Todos.
Ambos partidos lideraron la elección (el primero ingresará cuatro ediles y el segundo tres mientras que el Movimiento Vecinal solo cosechó dos) y, como marca una tradición no escrita, el 1 – 2 definen quién ocupa la presidencia y quién la secretaría del cuerpo en un cuerpo legislativo que tendrá seis bancas para cada partido.
La importancia del primer sitial es crucial, ante un escenario de paridad de bancas como la que habrá a partir del 10 de diciembre: el voto doble del titular del cuerpo será determinante ante un escenario de empate.
En el día de ayer, los ediles cambiemitas Daiana De Grazia, Enrique Groenenberg y Cristian Ruiz mantuvieron un primer encuentro con los peronistas Martín Garate y Julio Federico para repartirse los lugares.
Según explicó uno de los asistentes, la oferta vino del partido triunfador y fue simple: el peronismo presidiría el cuerpo, en la figura de Garate, electo en 2019, y el neorradicalismo asumiría la secretaría con el secretario de bloque Adriel Sorgue en el sitial, una de las posibles combinaciones que tomó fuerza desde la semana pasada pero que ninguno de los involucrados se atrevían a dar por confirmada.
¿Qué pidieron a cambio? La presidencia de cuatro comisiones. «Una exageración», resumió la fuente consultada y adujo que ese pedido demorará la aceptación del acuerdo.
Mientras tanto, el desconcierto reina desde el Movimiento Vecinal: escorados por el tercer puesto obtenido, con la ida de la presidenta del bloque Claudia Cittadino a Desarrollo Social y sin una espada legislativa con peso propio para afrontar un escenario de «consenso hasta que duela», el bloque oficialista queda notoriamente debilitado de cara a un 2023 sin certezas.