El estado de salud de Mateo Barraza, un niño de cuatro años que padece epilepsia refractaria, empeora día a día luego de que se suspendiera una intervención quirúrgica programada en el Hospital El Cruce de Florencio Varela.
Familiares del menor encabezaron un corte de calle y quema de gomas frente a la oficina local de IOMA, en 1810 al 200, en reclamo por la demora en la operación en la que iban a instalarle un estimulador vagal, lo que mejoraría su calidad de vida.
«La operación era para ayer, hice todos los trámites sabiendo que IOMA siempre es un problema y supuestamente s había aprobado. Ahí empezamos con los problemas porque para este aparato hay un solo proveedor: es una tomadura de pelo que se empiecen con las vueltas. Nunca sabemos con quién tenemos que hablar, con quien hablás te contestan ‘yo soy una empleada’. Esto es jugar con la salud porque Mateo lo necesita para su vida, cualquier ataque lo puede matar», lamentó su madre Valeria Xam por Radio 3.